Autoconocimiento

"Conocerse a uno mismo no solo es la cosa más difícil, sino también la más incómoda"

H.S. Saw

Con el confinamiento forzoso solo queda un camino y es hacia adelante. Convivir 24 horas en el mismo espacio durante semanas con otras personas, sean familiares, compañeros, o con uno mismo es una situación anómala. Y también un desafío.

Este camino puede llevarnos engañosamente hacia atrás, con recuerdos, fricciones o límites que no se superaron. A partir de aquí puede suceder que, enfrentados a aquello que era fácil evitar y ante la imposibilidad de seguir huyendo hacia adelante, tengamos que aceptar que la realidad tenga que cambiar cuando recuperemos las rutinas. O quizás los lazos se vean reforzados y descubramos que vivíamos una realidad ideal en la que no habíamos reparado por inercia o prisa.

Nos estamos conociendo a nosotros mismos en un modo "gran hermano" sin cámaras y sin cobrar que resultaba entretenido para otros pero que ahora mentalmente nos hace sentirnos más cerca de Supervivientes; hay momentos en que no es tan divertido. Influyen mucho los hábitos previos de introspección que tengamos adquiridos antes del aislamiento pero que si no se han practicado antes, está claro que se hará ahora, queramos o no. Aún así hay que relativizar y no se puede estar mejor que en casa, con todas nuestras comodidades y sin ningún tipo de dolencia, caso de que exista, al menos controlada y sin que genere preocupación.

Recurramos a la paciencia, aprendamos algo nuevo, hagamos meditación, relajación, yoga, recuperemos ese aparato de ejercicio de interior que estábamos usando para colgar la ropa preparada para el día siguiente, leamos, dibujemos, hagámos música, seamos solidarios si podemos, amémonos, bailemos, cocinemos y tratemos de sonreir porque estar en casa, sanos y aburridos es la mejor de las opciones.