"Podemos estar increíblemente desconectados en esta época con los ordenadores y los teléfonos móviles"
Marcia Gay Harden
La gran ciudad es útil, es práctica, es cómoda -e incómoda; para muchas cosas, muy incómoda-, está bien comunicada y si tuviera que definirla en una única palabra para la vida diaria sería funcional.
Pero el ser humano no solo es feliz en la comodidad aunque su naturaleza y la naturaleza de la Naturaleza tengan un gran aliado en la eficiencia por medio del ahorro de energía y de los recursos. Por ahí nos viene al pelo la comodidad, con su borde doblemente afilado, a veces al límite del óxido como para quedarse parado mucho tiempo viendo la vida pasar.
Para llevarle la contraria a la rutina, al cuerpo y al espíritu a veces hay que sacudirse el polvo gris y salir en busca de verde y contrastes.
Rascafría es un buen lugar para, por ejemplo, empezar a mover los pies, deleitar los ojos y entretenerse unas buenas horas sin volver a casa odiando la aventura. Es un pueblo situado en la sierra de Guadarrama, en todo el Valle del Lozoya que curiosamente rima con joya, ya que tiene varios emplazamientos dignos de visitar.
Quizás muevas mucho los pies o lo hagas a menudo en los alrededores de Madrid e incluso más lejos o más fuerte o más alto. Rascafría sigue siendo un buen plan si quieres darte una salida relajada, agradecida y que te permita recargar energía para aventuras de más nivel sin tener que quedarte en el sofá con el mando a distancia en mano ni tampoco yéndote al parque de tu barrio para ver verde mientras respetas los ritmos de tu cuerpo
Verás nubes:
Cascadas:
Es la misma cascada desde diferentes ángulos y en la última, tirada con el lensbaby que hacía tiempo que no lo llevaba de paseo.
En los alrededores del mismo pueblo hay un recinto con ganado ovino y cachorros de mastín acompañados de su madre. Es una iniciativa de la Asociación Perro de los Hierros que educa a los mastines en la protección del ganado. Estos perros, una vez educados en esa labor, son donados a tierras con población de lobos. La Sierra de Guadarrama colabora en la socialización de estos perros con el ganado desde que son cachorros.
Añadir que estos perros están cuidados, alimentados y controlados lo que significa que no se les puede echar de comer, asustar ni realizar ningún comportamiento que altere su día a día, que en el caso de los cachorros es ¡jugar!
Puedes verlos, admirarlos y tomar nota de las lecciones de la vida porque tuvimos la oportunidad de presenciar lo que me hizo pensar en "La lección de mamá".
De algún modo que ignoramos los allí presentes llegó una lata vacía de cerveza sin alcohol al recinto donde están los animales -que fuera sin alcohol se entenderá más adelante-. Uno de los cachorros, con esa curiosidad infinita y viendo posibilidades de juegos nuevos en todas partes, la llevó hasta donde estaban los otros. La madre advirtió el movimiento y se acercó a supervisar qué era aquel extraño objeto y qué se proponían hacer con él.
En cuanto se apropió de él lo confiscó. Ya de paso le dio un par de lametones para ver qué se podía sacar de aquel olor emitido por la lata. La curiosidad no es solo de cachorros y si haces control de calidad ¡lo haces a fondo!
Al menos la cerveza, ya inexistente, era sin alcohol.
Puedes hacerte una idea aproximada de lo que sucedió en las siguientes imágenes:
La mamá mastín |
El cachorro encuentra un juguete nuevo. ¡Es un tesoro! |
Mamá mastín supervisa |
Y de paso lo custodia. No le parece seguro. Los cachorros esperan la valoración de mamá |
Finalmente mamá mastín no lo ve adecuado y le saca algo de sabor. |
El ganado con el que socializan estaba tranquilo y feliz:
Fuera del recinto de mastines y ovejas los paisajes invitan a la contemplación y al disfrute:
Nuestro paseo llegó hasta El Real Monasterio de Santa María de El Paular y luego volvimos sobre nuestros pasos.
Ya solo quedaba el regreso a casa.
La historia, contada en imágenes y videos, en Instagram.